Cuando vas por primera vez a la consulta de un nutricionista, piensas: «¿Qué me dirá?» «¿Qué dieta me va a poner?» «Ya verás me quitará o me dirá..:» Y empezamos a imaginar que nos plantará la típica «dieta sin», «sin grasa, sin hidratos y sin gracia».
Para mí, la primera consulta es de las más importantes, no sólo porque es donde se recoge toda la información sobre los hábitos de una persona, si no porque además, es esencial para establecer un vínculo, conocer las inquietudes tanto del nutricionista como del paciente. Este post habla de esa de una primera consulta conmigo.
Yo: «Cuéntame, ¿en qué te puedo ayudar?«
Ella: «Pues, es que quiero aprender a comer y perder peso, unos 10kg. Los he ido cogiendo poco a poco y me esta costando mucho bajarlos.»
Yo: «¿Es la primera vez que vienes a un nutricionista o has hecho dieta por tu cuenta antes?»
Ella: «Se podría decir que llevo toda la vida a dieta. Aunque el último régimen que hice me fue muy bien, y perdí como unos 8kg, pero los he recuperado en este último año y creo que algunos mas. Por eso quiero, por lo menos, para empezar quitándome unos 10kg, para volver a encontrarme como antes.»
Yo: «¿Porqué crees que el último régimen no te ha ayudado para mantener el peso?»
Ella: «Pues es que era muy estricta. Me la recomendó una amiga. A ella en aquella época le estaba yendo muy bien y se mantuvo mucho tiempo. Pero en mi caso cuando bajé los 8 kg, no acabé de hacer la «fase de mantenimiento» con la nutricionista. La incorporación de alimentos la hice por mi cuenta. Durante unos meses me conseguí mantener, pero luego comencé a comer y cenar fuera de casa, y me cansé, no me apetecía estar controlando constantemente lo que comía. Hay algunas cosas que he mantenido de la anterior dieta, como el desayuno o cuando me entra hambre, me tomo algo de pavo, una gelatina o un yogur desnatado. He intentado hacer la misma dieta por mi cuenta de nuevo, pero estoy estancada en el peso.»
Yo: ¿Porqué crees que no te está funcionando lo que estás haciendo ahora?
Ella: «No sé. Si que es verdad que por la tarde como todo lo que pillo, por que a lo mejor no he comido demasiado (alguna ensalada, verdura y pollo…). Así que cuando llego a casa a las 5, llego con hambre y estresada del trabajo. Me entra ansiedad por la comida, y pico queso, pan, pavo, un yogur con fruta, unos frutos secos, o a veces galletas o chocolate… Todo eso me lo como mientras me hago la comida para el día siguiente. Después me voy al gimnasio, -muy obligada muchas veces porque estoy muy cansada y no me apetece-. Y cuando vuelvo a casa para cenar, me da pereza ponerme a cocinar de nuevo, así que me hago un cuenco de yogur con fruta o pido comida para llevar, y ya me tumbo en el sofá a relajarme».
Yo: «Ya. Entonces, lo que sucede es que para comer, optas por hacerte comidas ligeras, como ensaladas, cosas a la plancha, y claro, al llegar a casa con hambre, ansiosa y desganada del trabajo, te entra una especie de necesidad por comer para disminuir ese malestar que sientes. Y el cuerpo te pide picar alimentos muy ricos y sabrosos, como queso, chocolate, fruta, yogur, todo ello sin orden y sin control. Luego, cuando llegas aún más cansada del gimnasio, lo ultimo que te apetece es ponerte de nuevo a cocinar, así que te optas por cosas sencillas y rápidas pero que te reconfortan en ese momento que llegas agotada de todo el día, y ya por fin a descansar al sofá.»
Ella: «¡Si! ¡Eso es exactamente lo que me pasa!»
Yo: «Entiendo, y ¿qué crees que podemos hacer en consulta para cambiar esta situación?»
Ella: «Pues necesito una dieta que me ayude a aprender a comer, y me ayude a perder peso, porque yo sola no sé si estoy haciendo bien las cosas.»
Yo: «Estupendo. Bueno, lo primero que quiero que entiendas es que, las dietas no enseñan a comer. El hecho de comer más saludable conlleva una serie de cambios: de hábitos, de lenguaje e incluso de entender la alimentación en sí (¿Porqué cómo? ¿Para qué cómo? ¿Cómo, cuándo, cuánto y qué como?). Atendiendo estas preguntad, dejando de lado mitos, productos que «engordan poco pero dan la sensación que nos sacian» o dietas absurdas y estrictas, y empezamos a buscar la saciedad a través de una base de alimentación saludable, conseguiremos una mejor adaptación al cambio de hábitos y le estaremos ganando muchas, batallas al hambre emocional, que es algo que, por lo que comentas, te pasa a menudo.»
La consulta continúa. Hablamos de hábitos, de gustos, de los alimentos que compra y cocina, de cuando come fuera de casa, de cuando pide comida para llevar, y de muchas otras cosas más.
¿Alguna vez has recapacitado sobre cómo ha sido la primera consulta con tu nutricionista? ¿Qué fue lo que más te sorprendió o lo que más te gustó de esa primera consulta? Si quieres compartir tu experiencia, ¡estaré encantada de leerte!
Si te ha parecido interesante este artículo, y quieres conocerme o comenzar tu cambio de hábitos, escríbeme o pide cita haciendo click aquí.
Copyright © 2023 Isabel Campos del Portillo. Alimentación Emocional "alimentacionemocional.es". Todos los Derechos Reservados.